DIÓCESIS DE ROMA
NOMBRAMIENTOS N.º 1/2025
JESÚS CARDENAL ORTIZ
POR GRACIA DE DIOS Y DE LA SANTA SEDE APOSTÓLICA
VICARIO GENERAL DE SU SANTIDAD PARA LA DIÓCESIS DE ROMA
NOMBRAMIENTOS GENERALES
A los Reverendos Sacerdotes, al clero y a todos los fieles de nuestra comunidad,
Saludos, bendiciones y paz de nuestro Señor Jesucristo.
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La santa Iglesia, “columna y fundamento de la verdad” (1 Tim 3,15), peregrina en el tiempo sostenida por el Espíritu Santo y edificada sobre el fundamento de los Apóstoles, bajo la guía de aquellos que el Señor ha constituido como pastores de su Pueblo (cf. Ef 4,11-12). En la Diócesis de Roma, sede del ministerio de Pedro y signo visible de la unidad católica (cf. Lumen Gentium, 13), el cuidado pastoral de las comunidades parroquiales reviste una especial responsabilidad, siendo cada parroquia “la Iglesia establecida localmente dentro de la diócesis” (Christus Dominus, 30).
Conforme a lo dispuesto por el derecho canónico (cf. CIC can. 519-524) y en virtud del mandato recibido del Sumo Pontífice, se procede por medio del presente decreto a comunicar los nombramientos pastorales para diversas parroquias de esta Diócesis:
I. El Rvdo. Pbro. Fr. Sebastián Vargas, O. Carm., es nombrado Rector de la Basílica de Nuestra Señora y de los Mártires (Panteón Romano).
II. El Rvdo. Pbro. Gabriel Roberto Ávalos es nombrado Rector del Santuario de Nuestra Señora de la Asunción.
III. El Rvdo. Pbro. Cristhian Montaño es nombrado Rector del Santuario de Nuestra Señora del Carmen.
IV. El Rvdo. Pbro. Fr. Fernando Pedraza O.F.M es nombrado Párroco de la Parroquia de San Francisco de Asís, con la responsabilidad anexa del Templo de San José Obrero, perteneciente a dicha parroquia.
V. El Rvdo. Pbro. Eduardo Potenciano es nombrado Párroco de la Parroquia de Nuestra Señora del Rosario.
VI. El Rvdo. Pbro. Santiago López es nombrado Párroco de la Parroquia de San José.
VII. El Rvdo. Pbro. Iker Alvarado es nombrado Párroco de la Parroquia de Cristo Rey.
VIII. El Rvdo. Pbro. Pablo Montero es nombrado Párroco de la Parroquia de Nuestra Señora de Fátima.
IX. El Rvdo. Pbro. Jesús Cardona es nombrado Párroco de la Parroquia de la Purísima Concepción.
Los presbíteros que hoy reciben una nueva encomienda pastoral son llamados a renovar, con humilde firmeza, su configuración con Cristo, Buen Pastor, en la vivencia plena de su sacerdocio, particularmente en su dimensión eucarística y misionera.
La celebración constante del Santo Sacrificio del Altar, aun en ausencia de asamblea numerosa, no es nunca un acto vacío o meramente ritual: es, por el contrario, el corazón palpitante de la vida sacerdotal, donde el ministro se une íntimamente al misterio pascual de Cristo y actualiza sacramentalmente su entrega redentora. Como ha recordado con claridad el Concilio Paulino:
“La eficacia de la Eucaristía no depende del número de asistentes, sino de la acción misma de Cristo en su sacrificio redentor [...]. La celebración de la Eucaristía es el centro y la raíz de la vida sacerdotal, y omitirla por razones meramente pragmáticas revela una desconexión con la identidad profunda del ministerio.” (cf. Gens Sancta, 13).
En efecto, el sacerdote no es funcionario del culto, sino ministro del Misterio, y cada Misa, incluso en la soledad del altar, es un acto de intercesión, de adoración y de santificación del mundo. Por ello, exhortamos vivamente a los nuevos párrocos a custodiar con celo esta dimensión sacramental, recordando que de la Eucaristía fluye toda fecundidad apostólica.
La Iglesia —madre solícita y misionera— ha discernido con claridad que también en los espacios digitales se libra el combate por las almas, y que en ellos debe resonar el anuncio del Evangelio. Como enseña el mismo Concilio Paulino:
“La misión de la Iglesia en el mundo digital no es una invención humana ni una mera respuesta a la modernidad, sino que responde al mandato divino de llevar el Evangelio a todas las naciones [...]. La presencia de los sacerdotes virtuales en este ámbito tiene como objetivo reflejar la gloria de la Iglesia [...].” (cf. Gens Sancta, 14).
Con esta conciencia profunda de su identidad y misión, y con la ayuda maternal de María Santísima, Salus Populi Romani, confiamos esta nueva etapa pastoral a la gracia de Dios, para que, por medio de estos servidores suyos, el Pueblo de Dios crezca en santidad, unidad y caridad.
Dado en Roma, en el Palacio de Letrán, a los siete días del mes de abril del año Jubilar de la Esperanza dos mil veinticinco.
En la fe que nos une y la esperanza que no defrauda,
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VICARIO GENERAL
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