NOMBRAMIENTOS N.º 2/2025 - DIÓCESIS DE ROMA

 DIÓCESIS DE ROMA
NOMBRAMIENTOS N.º 2/2025


JESÚS CARDENAL ORTIZ
POR GRACIA DE DIOS Y DE LA SANTA SEDE APOSTÓLICA
VICARIO  GENERAL DE SSANTIDAD PARA LA DIÓCESIS DE ROMA

NOMBRAMIENTOS GENERALES

A los Reverendos Sacerdotes, al clero y a todos los fieles de nuestra comunidad, saludos, bendiciones y paz de nuestro Señor Jesucristo.
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La Iglesia de Cristo, edificada sobre el fundamento de los Apóstoles y sostenida por la gracia del Espíritu Santo, vive su vocación de servicio al Evangelio mediante los diversos ministerios instituidos por el Señor. Entre ellos, el diaconado, restablecido como grado permanente del Orden sagrado por el Concilio Vaticano II, manifiesta la imagen de Cristo siervo, que no vino a ser servido, sino a servir y dar su vida por todos (cf. Mc 10,45; Lumen Gentium, 29).

En conformidad con lo establecido por el derecho canónico (cf. CIC can. 1008-1009; 1039-1051), y por mandato del Sumo Pontífice, se comunica por medio del presente decreto la asignación pastoral de los diáconos recientemente ordenados, para que puedan ejercer su ministerio con fidelidad, celo misionero y espíritu de comunión.

NOMBRAMIENTOS PASTORALES

I. El Diac. Gabriel Antonio Andrade es nombrado Administrador Parroquial de la Parroquia del Buen Pastor.

II. El Diac. Juan Felipe Supelano es es nombrado Administrador Parroquial de la Parroquia de Nuestra Señora de la Victoria.

NOMBRAMIENTO ADICIONAL

El Rvdo. Pbro. Cristhian Montaño es nombrado Rector del Santuario de nuestra Señora de los Dolores, encomendándosele el cuidado pastoral y litúrgico de este lugar de especial devoción, para que, junto al servicio a la comunidad y la promoción de la piedad popular, impulse también una presencia viva del Evangelio entre los fieles.

Estos hermanos nuestros, ahora constituidos por la imposición de manos en el grado del diaconado, han sido configurados sacramentalmente con Cristo Siervo. Son enviados a sus comunidades como ministros del altar, de la Palabra y de la caridad, llamados a hacer presente en medio del Pueblo de Dios el amor preferencial por los pobres, la disponibilidad para el servicio y el ardor por la evangelización.

La sagrada liturgia, la predicación de la Palabra, el servicio a los más necesitados y la promoción de la vida eclesial en todas sus formas deben ser para ellos ámbitos concretos de entrega, testimonio y santificación. A través del ejercicio fiel de su ministerio, los diáconos cooperan eficazmente a la edificación del Cuerpo de Cristo y a la misión evangelizadora de la Iglesia.

En la era actual, también los ambientes digitales, los espacios de frontera cultural y las realidades sociales heridas son terrenos fértiles para la acción diaconal, como lo ha señalado insistentemente el magisterio reciente. Allí donde hay soledad, ignorancia del Evangelio o clamor por justicia, el diácono está llamado a ser signo sacramental del amor servicial de Cristo.

Por tanto, exhortamos a los nuevos diáconos a custodiar con esmero su vida espiritual, alimentada por la oración, la participación asidua en la liturgia, la obediencia al Obispo y la comunión fraterna con los presbíteros y demás ministros. Que su presencia en las comunidades no sea nunca funcional ni delegada, sino encarnación viva del mandato evangélico: “Lo que hicieron con uno de estos mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicieron” (Mt 25,40).

Bajo la intercesión de la Bienaventurada Virgen María, Madre de los ministros y Reina de los Apóstoles, confiamos a la gracia de Dios esta nueva etapa pastoral en la vida de nuestra Diócesis, para que estos servidores suyos hagan crecer al Pueblo Santo en fe, esperanza y caridad.

Dado en Roma, en el Palacio de Letrán, a los veintitres días del mes de mayo del año Jubilar de la Esperanza dos mil veinticinco.

En la fe que nos une y la esperanza que no defrauda,  

  Mons. Jesús, Card.  Ortíz
VICARIO GENERAL

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